La energía hidráulica se basa en aprovechar la caída del agua desde cierta altura. La energía potencial, durante la caída, se convierte en cinética. El agua pasa por las turbinas a gran velocidad, provocando un movimiento de rotación que finalmente, se transforma en energía eléctrica por medio de los generadores. Es un recurso natural disponible en las zonas que presentan suficiente cantidad de agua, y una vez utilizada, es devuelta río abajo. Su desarrollo requiere construir pantanos, presas, canales de derivación, y la instalación de grandes turbinas y equipamiento para generar electricidad. Todo ello implica la inversión de grandes sumas de dinero, por lo que no resulta competitiva en regiones donde el carbón o el petróleo son baratos. Sin embargo, el peso de las consideraciones medioambientales y el bajo mantenimiento que precisan una vez estén en funcionamiento centran la atención en esta fuente de energía.
La fuerza del agua ha sido utilizada durante mucho tiempo para moler trigo, pero fue con la Revolución Industrial, y especialmente a partir del siglo XIX, cuando comenzó a tener gran importancia con la aparición de las ruedas hidráulicas para la producción de energía eléctrica. Poco a poco la demanda de electricidad fue en aumento. El bajo caudal del verano y otoño, unido a los hielos del invierno hacían necesaria la construcción de grandes presas de contención, por lo que las ruedas hidráulicas fueron sustituidas por máquinas de vapor con en cuanto se pudo disponer de carbón.
La primera central hidroeléctrica moderna se construyó en 1880 en Northumberland, Gran Bretaña. El renacimiento de la energía hidráulica se produjo por el desarrollo del generador eléctrico, seguido del perfeccionamiento de la turbina hidráulica y debido al aumento de la demanda de electricidad a principios del siglo XX. En 1920 las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad.
Toma para el canal de riego en Alloz
A principios de la década de los noventa, las primeras potencias productoras de energía hidroeléctrica eran Canadá y Estados Unidos. Canadá obtiene un 60% de su electricidad de centrales hidráulicas. En todo el mundo, este tipo de energía representa aproximadamente la cuarta parte de la producción total de electricidad, y su importancia sigue en aumento. Los países en los que constituye fuente de electricidad más importante son Noruega (99%), Zaire (97%) y Brasil (96%). La central de Itaipú, en el río Paraná, está situada entre Brasil y Paraguay; se inauguró en 1982 y tiene la mayor capacidad generadora del mundo. Como referencia, la presa Grand Coulee, en Estados Unidos, genera unos 6500 Mw y es una de las más grandes.
En algunos países se han instalado centrales pequeñas, con capacidad para generar entre un kilovatio y un megavatio. En muchas regiones de China, por ejemplo, estas pequeñas presas son la principal fuente de electricidad. Otras naciones en vías de desarrollo están utilizando este sistema con buenos resultados. En Euskadi, debido a que los ríos son de curso corto y no conducen caudales importantes, existen bastantes minicentrales hidráulicas. En el resto de España hay problemas de escasez de agua y se han construido presas para riego. Posteriormente han sido aprovechadas para generar energía, y actualmente tenemos una fracción importante de energía hidroeléctrica instalada.
Presa de bóveda de Alloz
Historia
Los antiguos romanos y griegos aprovechaban ya la energía del agua; utilizaban ruedas hidráulicas para moler trigo. Sin embargo, la posibilidad de emplear esclavos y animales de carga retrasó su aplicación generalizada hasta el siglo XII. Durante la edad media, las grandes ruedas hidráulicas de madera desarrollaban una potencia máxima de cincuenta caballos. La energía hidroeléctrica debe su mayor desarrollo al ingeniero civil británico John Smeaton, que construyó por vez primera grandes ruedas hidráulicas de hierro colado.
Antigua rueda hidráulica
La hidroelectricidad tuvo mucha importancia durante la Revolución Industrial. Impulsó las industrias textil y del cuero y los talleres de construcción de máquinas a principios del siglo XIX. Aunque las máquinas de vapor ya estaban perfeccionadas, el carbón era escaso y la madera poco satisfactoria como combustible. La energía hidráulica ayudó al crecimiento de las nuevas ciudades industriales que se crearon en Europa y América hasta la construcción de canales a mediados del siglo XIX, que proporcionaron carbón a bajo precio.
Las presas y los canales eran necesarios para la instalación de ruedas hidráulicas sucesivas cuando el desnivel era mayor de cinco metros. La construcción de grandes presas de contención todavía no era posible; el bajo caudal de agua durante el verano y el otoño, unido a las heladas en invierno, obligaron a sustituir las ruedas hidráulicas por máquinas de vapor en cuanto se pudo disponer de carbón.
La primera central hidroeléctrica se construyó en 1880 en Northumberland, Gran Bretaña. El renacimiento de la energía hidráulica se produjo por el desarrollo del generador eléctrico, seguido del perfeccionamiento de la turbina hidráulica y debido al aumento de la demanda de electricidad a principios del siglo XX. En 1920 las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad. La tecnología de las principales instalaciones se ha mantenido igual durante el siglo XX.
A principios de la década de los noventa, las primeras potencias productoras de hidroelectricidad eran Canadá y Estados Unidos. Canadá obtiene un 60% de su electricidad de centrales hidráulicas. En todo el mundo, la hidroelectricidad representa aproximadamente la cuarta parte de la producción total de electricidad, y su importancia sigue en aumento. Los países en los que constituye fuente de electricidad más importante son Noruega (99%), República Democrática del Congo (97%) y Brasil (96%). La central de Itaipú, en el río Paraná, está situada entre Brasil y Paraguay; se inauguró en 1982 y tiene la mayor capacidad generadora del mundo. Como referencia, la presa Grand Coulee, en Estados Unidos, genera unos 6.500 MW y es una de las más grandes.
En algunos países se han instalado centrales pequeñas, con capacidad para generar entre un kilovatio y un megavatio. En muchas regiones de China, por ejemplo, estas pequeñas presas son la principal fuente de electricidad. Otras naciones en vías de desarrollo están utilizando este sistema con buenos resultados.
Desarrollo de la energía hidroeléctrica
La primera central hidroeléctrica se construyó en 1880 en Northumberland, Gran Bretaña. El renacimiento de la energía hidráulica se produjo por el desarrollo del generador eléctrico, seguido del perfeccionamiento de la turbina hidráulica y debido al aumento de la demanda de electricidad a principios del siglo XX. En 1920 las centrales hidroeléctricas generaban ya una parte importante de la producción total de electricidad.
La tecnología de las principales instalaciones se ha mantenido igual durante el siglo XX. Las centrales dependen de un gran embalse de agua contenido por una presa. El caudal de agua se controla y se puede mantener casi constante. El agua se transporta por unos conductos o tuberías forzadas, controlados con válvulas y turbinas para adecuar el flujo de agua con respecto a la demanda de electricidad. El agua que entra en la turbina sale por los canales de descarga. Los generadores están situados justo encima de las turbinas y conectados con árboles verticales. El diseño de las turbinas depende del caudal de agua; las turbinas Francis se utilizan para caudales grandes y saltos medios y bajos, y las turninas Pelton para grandes saltos y pequeños caudales.
Además de las centrales situadas en presas de contención, que dependen del embalse de grandes cantidades de agua, existen algunas centrales que se basan en la caída natural del agua, cuando el caudal es uniforme. Estas instalaciones se llaman de agua fluente. Una de ellas es la de las Cataratas del Niágara, situada en la frontera entre Estados Unidos y Canadá.
A principios de la década de los noventa, las primeras potencias productoras de hidroelectricidad eran Canadá y Estados Unidos. Canadá obtiene un 60% de su electricidad de centrales hidráulicas. En todo el mundo, la hidroelectricidad representa aproximadamente la cuarta parte de la producción total de electricidad, y su importancia sigue en aumento. Los países en los que constituye fuente de electricidad más importante son Noruega (99%), Zaire (97%) y Brasil (96%). La central de Itaipú, en el río Paraná, está situada entre Brasil y Paraguay; se inauguró en 1982 y tiene la mayor capacidad generadora del mundo. Como referencia, la presa Grand Coulee, en Estados Unidos, genera unos 6.500 Mw y es una de las más grandes.
En algunos países se han instalado centrales pequeñas, con capacidad para generar entre un kilovatio y un megavatio. En muchas regiones de China, por ejemplo, estas pequeñas presas son la principal fuente de electricidad. Otras naciones en vías de desarrollo están utilizando este sistema con buenos resultados.
La energía hoy
Desde hace años, el desarrollo de nuestra sociedad se basa en la utilización de la energía, un amplio abanico de actividades productivas y recreativas. En un esquema simple sus aplicaciones se pueden dividir en dos grupos:
Combustibles de uso directo, empleados básicamente para la calefacción doméstica y de edificios de servicios, en diferentes procesos y equipos industriales y en automoción. Provienen en gran medida del petróleo, pero también del carbón y el gas natural. Suponen dos tercios del consumo de energía primaria en un país industrializado medio.
Electricidad, que se emplea en iluminación y en accionamiento de equipos; electrodomésticos y maquinaria industrial, hornos y otros procesos industriales. Proviene de diferentes fuentes: carbón y otros combustibles fósiles, energía hidráulica y nuclear. Representa un tercio de la energía primaria que utiliza un país industrializado medio.
En ambos casos, la energía se recibe desde empresas de medio y gran tamaño a través de redes de transportes y distribución complejas que suponen unas inversiones de fuerte magnitud. En la vuelta a las energías renovables, éstas se utilizan en gran medida para la producción de electricidad, pero también se obtienen de ellas combustibles de uso doméstico e industrial, así como biocombustibles líquidos para automoción.
La inserción de las renovables en el esquema energético se hace a través de las redes ya existentes de suministro eléctrico o de combustibles de uso directo, aunque también se plantea el uso de estas energías para satisfacer las demandas de comunidades aisladas de las redes de distribución energética convencionales.
Definición de energía hidráulica
Energía que se obtiene de la caída del agua desde cierta altura a un nivel inferior lo que provoca el movimiento de ruedas hidráulicas o turbinas. La hidroelectricidad es un recurso natural disponible en las zonas que presentan suficiente cantidad de agua. Su desarrollo requiere construir pantanos, presas, canales de derivación, y la instalación de grandes turbinas y equipamiento para generar electricidad. Todo ello implica la inversión de grandes sumas de dinero, por lo que no resulta competitiva en regiones donde el carbón o el petróleo son baratos, aunque el coste de mantenimiento de una central térmica, debido al combustible, sea más caro que el de una central hidroeléctrica. Sin embargo, el peso de las consideraciones medioambientales centra la atención en estas fuentes de energía renovables.
Presa de Itaipú, Paraguay
Centrales hidroeléctricas
Todas las centrales hidroeléctricas aprovechan la corriente de agua que cae por un desnivel. Se utilizan desniveles naturales del terreno, o bien se hace que el agua caiga desde una presa o dique. Las centrales hidroeléctricas se dividen a grandes rasgos en centrales de baja, mediana y alta presión. El criterio para su clasificación es la altura de embalse o la altura de remanso de agua.
Se pueden distinguir dos tipos de centrales:
Centrales de baja presión: Son centrales hidroeléctricas situadas en corrientes de agua con desniveles de caída de 10 metros o superiores y se construyen intercalándolas en los cursos de los ríos o de los canales. Por razones de índole económica y ecológica el agua se utiliza en su curso natural, siendo embalsada mediante presas. Estas centrales hidroeléctricas pequeñas tienen la desventaja de proporcionar una corriente eléctrica fluctuante, puesto que las variaciones estacionales de las precipitaciones pueden hacer variar el flujo de agua, y por tanto la cantidad de agua disponible.
Centrales de mediana o alta presión: Son centrales hidroeléctricas de acumulación o de bombeo (desniveles hasta 100 m.). Estas centrales disponen de zonas de embalse en forma de embalses de gran tamaño o zonas enteras de ríos en las que el agua se acumula durante períodos cortos (acumulación diaria) o más prolongados (acumulación anual). Las centrales hidroeléctricas de acumulación se construyen casi siempre en presas de valles, y aprovechan el agua de cursos naturales renovables. Las centrales hidroeléctricas de bombeo, por el contrario, son centrales que en las épocas de superproducción de energía eléctrica bombean el agua hasta un nivel más elevado para volver a transformar la energía potencial generada, en energía eléctrica en horas de pico de carga. Por esta razón, las centrales hidroeléctricas de bombeo no pueden clasificarse en la categoría de plantas que aprovechan energías renovables.
Central de acumulación
Central de bombeo
¿Cómo funciona una central hidroeléctrica?
Las centrales dependen de un gran embalse de agua contenido por una presa. El caudal de agua se controla y se puede mantener casi constante. El agua se transporta por unos conductos o tuberías, controlados con válvulas y turbinas para adecuar el flujo de agua con respecto a la demanda de electricidad. El agua que entra en la turbina sale por los canales de descarga. Los generadores están situados justo encima de las turbinas y conectados con árboles verticales. El diseño de las turbinas depende del caudal de agua; las turbinas Francis y Kaplan se utilizan para caudales grandes y saltos medios y bajos, y las turbinas Pelton para grandes saltos y pequeños caudales.
Turbina Kaplan Turbina Francis Turbina Pelton
Las turbinas hidráulicas se emplean para aprovechar la energía del agua en movimiento. La turbina Kaplan es semejante a una hélice de un barco. Las amplias palas o álabes de la turbina son impulsadas por agua de alta presión liberada por una compuerta. La turbina Pelton es un modelo del siglo XIX cuyo funcionamiento es más parecido al de un molino de agua tradicional. La rueda gira cuando el agua procedente del conducto forzado golpea sus paletas o álabes.
Para la formación de un salto de agua es preciso elevar el nivel superficial de ésta sobre el nivel normal de la corriente, atajando el agua con una presa para producir el salto total utilizable en la misma presa o contribuir a este salto, derivando a la vez las aguas por un canal de derivación de menor pendiente que el cauce del río. Las aguas del canal de derivación hay que con¬ducirlas a las turbinas y, para ello, en los saltos menores de unos 12 m, el agua desemboca directamente en la cámara de turbinas y, en los saltos superiores a 12 m, termina en un ensanchamiento llamado cámara de presión desde donde parte la tubería a presión que en conducción forzada, lleva el agua a las turbinas. El agua sale a gran presión por la tobera e impulsa los álabes que hacen girar un eje y el generador. A la salida de las turbinas, el agua pasa a un canal de desagüe por el que desemboca nuevamente en el río.
El potencial hidráulico español
España no se puede considerar como un país seco, lo que ocurre es que la distribución de estos recursos es muy desigual en cuanto al tiempo y al espacio.
La desigualdad en el tiempo es consecuencia del carácter torrencial de sus ríos, con grandes fluctuaciones de sus caudales a lo largo de los diferentes épocas del año. La irregularidad en el espacio resulta bien patente: las cuencas del Norte producen más de la tercera parte de la aportación de los ríos en el 10% de la superficie del país, mientras que el 90% restante no presenta una situación tan favorable en cuanto a recursos hidráulicos y ya entra dentro de la categoría de región semiárida.
En la actualidad, el consumo eléctrico total español es de unos 140.000 GW.h/año, por lo que puede afirmarse que más de un 25% del mismo es de origen hidroeléctrico. A este respecto conviene recordar que, con anterioridad a 1960, la producción hidroeléctrica anual suponía más del 80% de la producción eléctrica total. En la década de los años sesenta comenzó a descender dicho porcentaje, llegando en la de los años setenta a producirse por primera vez el hecho de que dicho porcentaje se mantuviese por debajo del 50%.
La importante disminución de la producción hidroeléctrica respecto de la total eléctrica, no se debió, ni se debe, al agotamiento de los recursos hidráulicos disponibles en España, sino a motivos económicos, ya que para las empresas eléctricas resultaban más rentables las centrales térmicas convencionales que las hidroeléctricas.
Los recursos hidroeléctricos aún sin utilizar en España son considerables, lo que no quiere decir que sea económicamente conveniente el desarrollo de la totalidad de este potencial energético.
Evidentemente, como consecuencia de la intensa actividad en la política hidroeléctrica de años pasados, los mejores emplazamientos desde los puntos de vista técnico y económico ya han sido utilizados. El potencial aún instalable presenta, en general, una gran dispersión de pequeñas centrales que parece poco sugestiva.
Respecto a las centrales de bombeo, en España se han venido utilizando desde 1929, tanto en forma de bombeo puro (dos embalses sin aporte exterior de agua) como las centrales mixtas con bombeo (con aportaciones fluviales).
En resumen, los recursos hidroeléctricos aún sin utilizar, aunque considerables, no pueden resolver por sí solos el abastecimiento energético de España, pero pueden contribuir a reducir la importación de combustibles y especialmente a proporcionar la potencia necesaria para asegurar la cobertura de las variaciones de la demanda.
Potencia instalada por comunidades autónomas
Razones del uso de energías renovables
Que el planeta Tierra sea finito, no es un problema, es una realidad; esto lo podemos comparar con una caja llena de petróleo, carbón, árboles, gas, minerales diversos, en definitiva, recursos que el hombre necesita para obtener energía y construir su mundo. El planeta Tierra es finito y por lo tanto sus recursos son finitos.
El uso de las energías renovables se potenció a partir de las crisis de los precios del petróleo de los años setenta. El temor a un hipotético desabastecimiento o a que los precios energéticos creciesen de forma excesiva motivó la puesta en marcha de programas nacionales e internacionales de investigación y desarrollo de tecnologías de estas energías, así como del fomento de su aplicación.
En el ámbito internacional fue la Agencia Internacional de la Energía, IEA, quien hizo realidad ese primer impulso. En España se creó el Centro de Estudios de la Energía, posteriormente transformado en Instituto de Diversificación y Ahorro Energético, IDAE, quien se responsabilizó de las tareas de promoción. A lo largo de la década de los noventa han sido criterios ambientales los que han impulsado el desarrollo de las energías renovables.
El aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en capas altas de la atmósfera, en especial CO2 proveniente del uso de combustibles fósiles, que son causa del cambio climático es hoy la primera razón para impulsar estas energías. Así lo propugnan diferentes organizaciones ecologistas.
Otra razón para la extensión de las energías renovables es la necesidad de encontrar fuentes autóctonas de energía para muchos de los países que importan combustibles fósiles y gastan en ello una parte importante del resultado de sus exportaciones o de sus recursos económicos.
Esto es así fundamentalmente en los países del Tercer Mundo, que no disponen de yacimientos propios de hidrocarburos. Las energías renovables son además una importante fuente de empleo, en gran medida distribuido en el mundo rural. Así lo valora la Comisión Europea y las organizaciones sindicales de los países miembros.
Ventajas e inconvenientes medioambientales
Ventajas
- Es renovable.
- No se consume. Se toma el agua en un punto y se devuelve a otro a una cota inferior.
- Es autóctona y, por consiguiente, evita importaciones del exterior.
- Es completamente segura para personas, animales o bienes.
- No genera calor ni emisiones contaminantes (lluvia ácida, efecto invernadero...)
- Genera puestos de trabajo en su construcción, mantenimiento y explotación.
- Requiere inversiones muy cuantiosas que se realizan normalmente en comarcas de montaña muy deprimidas económicamente.
- Genera experiencia y tecnología fácilmente exportables a países en vías de desarrollo.
Inconvenientes
- Altera el normal desenvolvimiento en la vida biológica (animal y vegetal) del río.
- Las centrales de embalse tienen el problema de la evaporación de agua: En la zona donde se construye aumenta la humedad relativa del ambiente como consecuencia de la evaporación del agua contenida en el embalse.
- En el caso de las centrales de embalse construidas en regiones tropicales, estudios realizados han demostrado que generan, como consecuencia del estancamiento de las aguas, grandes focos infecciosos de bacterias y enfermedades. En Brasil el brote de dengue fue asociado con las represas construidas a lo largo del río Paraná.
Glosario
Nivel: horizontalidad constante de la superficie de un terreno, o de la superficie libre de los líquidos.
Cota: valor de la altura a la que se encuentra una superficie respecto del nivel del mar.
Embalse: resulta de almacenar todas las aguas que afluyen del territorio sobre el que está enclavado y, identificado como cuenca vertiente, que es la superficie de las aguas que lo alimentan. Las dimensiones del embalse dependen de los caudales aportados por el río. Su capacidad útil es todo aquel agua embalsada por encima de la toma de la central. La capacidad total incluye el agua no utilizable. Se mide en metros o hectómetros cúbicos. Los embalses tienen pérdidas debidas a causas naturales como evaporación o filtraciones.
Caudal: cantidad de líquido, expresada en metros cúbicos o en litros, que circula a través de cada una de las secciones de una conducción, abierta o cerrada en la unidad de tiempo.
Salto de agua: paso brusco o caída de masas de agua desde un nivel a otro inferior. Numéricamente se identifica por la diferencia de cota que se da en metros.
Bibliografía
- Buscador www.yahoo.com > ciencia y tecnología > energía.
- Buscador www.google.com > búsqueda (energía hidráulica y de la biomasa).
- Buscador www.eresmas.com > ciencias > tecnología > energía
- Buscador www.terra.es > ciencia
- Buscador www.pregunta.com > búsqueda (energías renovables).
- Microsoft Encarta 2001.
- Enciclopedia Salvat Universal. Tomo 4.
- Enciclopedia: “El Mundo de la ciencia” (Editorial Salvat). Tomo 9
sábado, 8 de mayo de 2010
Historia de la hidráulica
Euler, Bernoulli, Reynolds, Saint Venant, Newton, Pascal...
Desde la creación el hombre ha estado empeñado en multiplicar su fuerza física. Inicialmente se asocio con otros para aplicar cada uno su fuerza individual a un solo objeto. Posteriormente un ilustre desconocido inventó la rueda y otros la palanca y la cuña. Con estos medios mecánicos se facilitaron enormemente las labores. Pronto estos elementos se combinaron y evolucionaron hasta convertirse en ingenios mecánicos muy diversos, que fueron utilizados en la construcción de los pueblos, en las guerras y en la preparación de la tierra.
También el hombre al lado del desarrollo de los dispositivos mecánicos, empezó desde muy temprano la experimentación de la utilización de recursos naturales tan abundantes como el agua y el viento. Inicialmente se movilizo en los lagos y ríos utilizando los troncos de madera que flotaban. Mas adelante la navegación se hizo a ve la aprovechando la fuerza de los vientos.
La rueda hidráulica y el molino de viento Son preámbulos de mucho interés para la historia de los sistemas con potencia fluida, pues familiarizaron al hombre con las posibilidades d los fluidos para generar y transmitir energía y le enseñaron en forma empírica los rudimentos de la Hidromecánica y sus propiedades.
La primera bomba construida por el hombre fue la jeringa y se debe a los antiguos egipcios, quienes la utilizaron para embalsamar las momias. CTESIBIUS en el siglo II A.C., la convirtió en una bomba de doble efecto.
En la segunda mitad del siglo XV, LEONARDO DA VINCI en su escrito sobre flujo de agua y estructuras para ríos, estableció sus experiencias y observaciones en la construcción de instalaciones hidráulicas ejecutadas principalmente en Milán y Florencia.
GALILEO en 1612 elaboro el primer estudio sistemático de los fundamentos de la Hidrostática.
Un alumno de Galileo, TORRICELI, enunció en 1643 la ley del flujo libre de líquidos a través de orificios. Construyo El barómetro para la medición de la presión atmosférica.
BLAISE PASCAL, aunque vivió únicamente hasta la edad de 39 años, fue uno de los grandes científicos y matemáticos del siglo XVII. Fue responsable de muchos descubrimientos importantes, pero en relación con la mecánica de fluidos son notables los siguientes:
· La formulación en 1650 de la ley de la distribución de la presión en un liquido contenido en un recipiente. Se conoce esta, como ley de Pascal.
· La comprobación de que la potencia del vacío se debe al peso de la atmósfera y no a un "horror natural" como se creyó por mas de 2000 años antes de su época.
A ISAAC NEWTON, además de muchas contribuciones a la ciencia y a las matemáticas, se le debe en Mecánica de Fluidos:
· El primer enunciado de la ley de fricción en un fluido en movimiento.
· La introducción del concepto de viscosidad en un fluido.
· Los fundamentos de la teoría de la similaridad hidrodinámica.
Estos, sin embargo, fueron trabajados aislados de los cuales resultaron leyes y soluciones a problemas no conexos. Hasta la mitad del siglo XVIII no existía aun una ciencia integrada sobre El comportamiento de los fluidos.
Los fundamentos teóricos de la Mecánica de Fluidos como una ciencia se deben a Daniel Bernoulli y a Leonhard Euler en el siglo XVIII.
DANIEL BERNOULLI, 1700-1782, perteneció a una famosa familia suiza en la cual hubo once sabios celebres, la mayoría de ellos matemáticos o mecánicos. Gran parte de su trabajo se realizo en San Peterburgo, como miembro de la academia rusa de ciencias. En 1738 en su "Hidrodinámica", formulo la ley fundamental del movimiento de los fluidos que da la relación entre presión, velocidad y cabeza de fluido.
LEONHARD EULER, 1707-1783, también suizo, desarrollo las ecuaciones diferenciales generales del flujo para los llamados fluidos ideales (no viscosos). Esto marco El principio de los métodos teóricos de análisis en la Mecánica de Fluidos. A Euler se le debe también la ecuación general del trabajo para todas las maquinas hidráulicas rotodinamicas (turbinas, bombas centrifugas, ventiladores, etc.), además de los fundamentos de la teoría de la flotación.
En 1985, después de 135 años de la formulación de la ley de Pascal, JOSEPH BRAMAH, construyo en Inglaterra la primera prensa hidráulica. Esta primera prensa utilizaba sello de cuero y agua como fluido de trabajo. El accionamiento se realizaba por medio de una bomba manual y no superaba los 10 bares de presión. Sin embargo, la fuerza desarrollada por ella fue algo descomunal e inesperada para el mundo técnico e industrial de entonces.
Inmediatamente siguieron sin numero de aplicaciones y como era de esperarse, se abrió un mercado para el mismo sin precedentes y que superaba las disponibilidades tanto técnicas como financieras de su tiempo.
El segundo periodo, que comprende los últimos años del siglo XVIII y la mayoría del XIX, se caracterizó por la acumulación de datos experimentales y por la determinación de factores de corrección para la ecuación de Bernoulli. Se basaron en el concepto de fluido ideal, o sea que no tuvieron en cuenta una propiedad tan importante como la viscosidad. Cabe destacar los nombres de experimentalistas notables como ANTOINE CHEZY, HENRI DARCY, JEAN POISEUILLE en Francia; JULIUS WEISBACH Y G. HAGEN en Alemania. De importancia especial fueron los experimentos de Weisbach y las fórmulas empíricas resultantes que fueron utilizadas hasta hace poco tiempo.
Entre los teóricos de la Mecánica de Fluidos de este período, están LAGRANGE, HELMHOLTZ Y SAINT VENANT.
En los años posteriores a 1850 las grandes ciudades de Inglaterra instalaron centrales de suministros de energía hidráulica, la cual era distribuida a grandes distancias por tuberías hasta las fabricas donde accionaban molinos, prensas, laminadores y grúas.
Todavía funcionan en algunas ciudades europeas las redes de distribución de energía hidráulica. En Londres, por ejemplo, esta aun en servicio la empresa " The London Hydraulic Power Co.", con capacidad instalada de 700 HP y 180 millas de tubería de distribución. En la misma ciudad, el famoso Puente de la Torre, es accionado hidráulicamente, así como el ascensor principal en el edificio de la institución de los Ingenieros Mecánicos.
En el periodo siguiente, al final del siglo XIX y principios del XX, se tomó en cuenta la viscosidad y la teoría de la similaridad. Se avanzó con mayor rapidez por la expansión tecnológica y las fuerzas productivas. A este período están asociados los nombres de GEORGE STOKES y de OSBORNE REYNOLDS, 1819-1903 y 1942-1912, respectivamente.
En la Hidráulica contemporánea se deben mencionar a: LUIDWIG PRANDTL, THEODOR VON KARMAN Y JOHAN NIKURADSE. Los dos primeros por sus trabajos en Aerodinámica y Mecánica de Fluidos que sirvieron para dilucidar la teoría del flujo turbulento; el último sobre flujo en tuberías.
En 1906 la Marina de los EE.UU. botó El U.S.Virginia, primer barco con sistemas hidráulicos para controlar su velocidad y para orientar sus cañones.
En 1930 se empezaron a construir las bombas de paletas de alta presión y se introdujeron los sellos de caucho sintético. Diez años después los servomecanismos electrohidráulicos ampliaron el campo de aplicación de la oleohidráulica (rama de la hidráulica que utiliza aceite mineral como fluido). Desde los años sesenta el esfuerzo investigativo de la industria y las entidades de formación profesional ha conducido hasta los sofisticados circuitos de la fluídica.
BIBLIOGRAFIA
· Betancourt Hugo, Memorias curso de oleohidraulica Medellín marzo 1 al 11 de 1989. Editorial Limusa
· Enciclopedia Monitor. Editorial SALVAT.
· Enciclopedia Encarta. Microsoft Corporación.
La huella hidraúlica del Imperio Romano
Para todo el que llegaba a la colonia Augusta Emerita por la calzada que venía de Asturica o por la de Corduba debía de ser, al tiempo que una señal inequívoca de que se alcanzaba una gran urbe, en la que se había reflejado con creces la grandeza del Imperio, un motivo de admiración semejante al que se puede experimentar al contemplar modernamente cualquier símbolo de una de nuestras ciudades más representativas, el encontrarse con la monumentalidad de las arquerías de San Lázaro o las de Los Milagros, que hubo necesidad de tender sobre el valle del río Albarregas para salvar su depresión y permitir la llegada de las aguas a una cota favorable desde donde se distribuyera a voluntad por toda la antigua colonia. Estas arquerías, que formaron parte de dos de las tres conducciones planificadas en Augusta Emerita, llamaron, en verdad, poderosamente la atención de eruditos, historiadores y arqueólogos, quienes se hicieron lenguas a la hora de describir tan relevantes vestigios.
Todo ello motivó una amplia literatura, repetitiva por lo demás en la mayoría de los casos, y referente en lo fundamental a esos aludidos puentes-canales o a las cabeceras de dos de las conducciones también, los embalses de Proserpina o Cornalvo. A estas descripciones, más o menos acabadas y más o menos rigurosas, sería preciso añadir interesantes documentos gráficos como los que debemos a Villena, Fernando Rodríguez o De Laborde por citar los más significativos ejemplos.
El panorama de los conocimientos acerca de los complejos hidráulicos emeritenses fue definido en su día por Fernández Casado y Jiménez Martín, autores de considerables estudios sobre ellos.
Resulta en verdad sorprendente el grado de conocimiento del medio que demostraron los responsables del diseño de la nueva colonia Augusta Emerita. En el caso de la ejecución de su infraestructura, los architecti y libratores supieron sacar el máximo partido de las condiciones que ofrecía la campana de Mérida para establecer un aspecto primordial de la arquitectura de su territorio como fue el de las conducciones hidráulicas. Es verdad, como llegan a decir Roso de Luna y Hernández-Pacheco, que en el área emeritense existen pocos manantiales y fuentes y por ello es preciso valorar el esfuerzo desplegado para aprovechar al máximo lo existente y para canalizar convenientemente pequeñas corrientes de agua como las del arroyo de Las Arquitas, Las Tomas y aledaños, a las que se añadiría todo el caudal procedente del predio de Valhondo recogido, al parecer, en una presa, hoy apenas visible, y conducido por galerías (cuniculi) a la corriente principal, y el que se originaba en la zona de Casa Herrera a veces curiosamente confundido con un aporte de la conducción de Cornalvo.
Cornalvo y Proserpina
Casos diferentes y ejemplos sobresalientes en el contexto general de la arquitectura del territorio emeritense fueron los embalses de Cornalvo y Proserpina. El primero de ellos, en el momento de máximo aforo, almacenaba unos diez millones de metros cúbicos y ocupaba una amplia nava, en terreno pizarreño, de 300 metros de altitud, algo menos de 100 metros que la de la ciudad a la que se dirigían las aguas. De ahí que con poco gasto y la construcción de una presa se determinara un embalse de grandes proporciones. Por su parte, la presa de Proserpina, así llamada por la aparición en sus inmediaciones, en el siglo XVIII, de una inscripción dedicada a la dea Ataecina turobrigensis Proserpina, con un aforo de 6 hectómetros cúbicos en sus mejores momentos, se alzaba en una depresión de los campos graníticos de la campana emeritense, a unos 245 metros de altitud, 25 más que la ciudad. Las aguas se concentraban en tal depresión derivadas de los arroyos que corren por las cercanías.
Ambas presas están ubicadas fuera del valle de escorrentías significativas, por lo que pueden ser consideradas como verdaderos vasos naturales constituidos por depresiones muy poco acentuadas de la vieja penillanura que reúne excelentes condiciones para almacenar aguas. Constituyen, como adelantábamos, excepcionales ejemplos de la arquitectura hidráulica romana y también, como se ha puesto de manifiesto, responden a modelos un tanto diferentes. Respecto a la presa de Proserpina, hace unos años y en la actualidad ha podido ser estudiada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana y el equipo del profesor Miguel Arenillas, quienes, tras los trabajos de vaciado y limpieza, nos han revelado datos del mayor interés que han venido a cambiar nuestra tradicional concepción del embalse.
El recorrido de las conducciones desde su origen hasta la llegada a la ciudad y su posterior distribución es hoy conocido en buena parte.
La conducción de Cornalvo, Aqua Augusta como la denomina una inscripción, se originaba en el embalse ya descrito y comprendía el aporte procedente del Borbollón, en las alturas de la Sierra de Mirandilla, de aguas abundantes y de excelente calidad.
El canal, según apreciaciones de Fernández Casado, discurría por una pequeña galería subterránea de diferente altura de acuerdo con la topografía de su recorrido y aprovechaba aguas subálveas en su primer tramo.
Uno de los restos más expresivos es el del paraje conocido con el nombre de 'Caño Quebrado', junto a la carretera de Valverde y en el recinto del Hospital Psiquiátrico emeritense. Por la topografía de la vaguada, se ha estimado en 20 los arcos que pudieron existir. De ellos se conservan las leves trazas de uno, que apoyaba en un pilar.
Está claro que se dirige, a través del campo de fútbol, hacia la zona del antiguo depósito de aguas a la ciudad. Precisamente, según sospechamos, en su momento de entrada en la colonia, en el muro de la cerca, existió una inscripción con el nombre de la misma (Aqua Augusta). Expresivos son los restos hallados en el recinto del colegio público Giner de los Ríos, donde se pudo conocer un buen tramo del conducto que se dirigía hacia el Teatro y Anfiteatro, a los que surtía, en el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil, sede del nuevo Museo Visigodo y en la denominada Vía Ensanche.
El conducto concluía presumiblemente en la plaza de toros, junto a la 'Casa del Mitreo'.
Acueducto 'Rabo de Buey-San Lázaro'
El acueducto de 'Rabo de Buey-San Lázaro' en cuanto a su recorrido es, quizá, con interrogantes lógicas todavía, el mejor conocido de todos. A ello contribuyó decisivamente la circunstancia de que, al ser aprovechadas sus aguas hasta hace poco tiempo, el Ayuntamiento emeritense decidiera realizar obras para un mejor uso de sus aportes en varias ocasiones.
Se origina en el denominado valle de 'Las Tomas'. Desde aquí, a lo largo de unos 4 kilómetros, por galería subterránea principalmente, el agua llegaba a la ciudad. Se consignan a lo largo de toda la galería (cuniculus) un total de 99 lumbreras, arquetas o spiramina, que, además de servir en algún caso para bajar al conducto, para lo que había dispuestas unas escaleras estratégicamente, tenían la función de ventanas o claraboyas para dar luz al largo tramo cubierto. Son obras perfectas, con sillería en hiladas, cerradas por losas de granito cuadradas actualmente. La distancia entre una y otra es variable como la generalidad de las que conocemos en otros ejemplos de acueductos romanos.
Probablemente, la pisicina limaria estuvo ubicada en el cerro de 'Rabo de Buey', a cuyos pies comenzaba la depresión del valle del Albarregas. Precisamente la anchura, mayor en esta zona que en la de Los Milagros, así como su profundidad, determinó la construcción de unas arquerías de mayor longitud y altura que sus congéneres, si bien, lamentablemente, estas arquerías tuvieron peor fortuna debido a múltiples circunstancias. Del monumental puente-canal sólo han llegado a nosotros dos pilares laterales de planta irregular y otro central de estructura rectangular. La conducción seguidamente pasaba a un castellum.
El diseño de la conducción de Proserpina fue arduo, pues fue preciso salvar los obstáculos que presentaba su accidentada topografía: vaguadas, pequeñas depresiones, macizos graníticos.
Todo ello explica los trabajos considerables que hubieron de acometerse y los rodeos que el conducto dibuja buscando siempre las cotas favorables y las curvas de nivel antes que atravesarlas, lo que determina un recorrido de cerca de 10 kilómetros.
Es interesante referir la piscina limaria o depósito de decantación del conducto, descubierta en el cerro del cementerio municipal. Se trata de una arqueta con desagüe de fondo con cámara de compuertas y salida superior en vertedero. Desde esta altura el specus o conducto va un sobre un muro cada vez más elevado para seguir sobre pilares y arcos en el valle del Albarregas. La longitud del tramo de arquerías, desde el citado depósito de decantación al terminal existente en el cerro de 'El Calvario', es de 827 metros, mientras que la altura máxima llega a 25 metros.
Su estructura revela la perfección y dominio que los ingenieros romanos alcanzaron en la solución de este tipo de problemas. Consiste básicamente en una serie de pilares con fuerte núcleo de hormigón y revestimiento de sillares y ladrillos, cinco y cinco hiladas respectivamente. Los pilares se enlazaban por medio de arcos de ladrillo, aunque los se disponen sobre la corriente del Albarregas son de sillares. Las pilas tendidas sobre el río están provistas de tajamares en diedro.
Se aprecia perfectamente, en su trazado, el cambio de dirección para llegar al castellum terminal de la conducción.
'Casa del Anfiteatro' y 'El Calvario'
Descubrimientos considerables se produjeron a propósito de los acueductos con motivo de las excavaciones llevadas a cabo en la denominada 'Casa del Anfiteatro' y en la ermita de 'El Calvario', pues ambas dieron como resultado el hallazgo de sendos castella o depósitos terminales, los correspondientes a la conducción de Las Tomas y a la de de Proserpina.
El de la conducción de Las Tomas es una fábrica de planta rectangular alargada y según nuestra opinión se trata de un diuissorium, en el que se produce, incluso antes de la llegada del conducto principal, una bifurcación del acueducto para el abastecimiento de una zona suburbana perfectamente localizada en el lugar e igualmente al menos dos áreas, la de la región del teatro y anfiteatro y la parte central de la ciudad como muestra bien a las claras el tramo hallado en las excavaciones del Museo.
Muy interesante, también, es la estructura del gran depósito final del acueducto de Proserpina. Fue hallado bajo la ermita de 'El Calvario', donde de antiguo se había considerado la existencia de un dispositivo relacionado con la conducción. No parece ser otra cosa que una fuente monumental situada junto al propio castellum, cuya ubicación, junto a la muralla de la ciudad, es casi la canónica, aunque a veces se hallaban más al interior de las ciudades.
Cronología de las conducciones
Para finalizar, habría que referirse a la cronología de estas conducciones, uno de los grandes problemas que plantea el estudio de los grandes sistemas hidráulicos emeritenses.
El análisis estilístico y formal de los restos conservados, con razones más o menos plausibles, han llevado a diversos investigadores a formular hipótesis francamente dispares.
Parece evidente que la conducción de Cornalvo fue la primera en el tiempo. El poco coste que conllevó su trazado en relación a las dos restantes, el análisis de la fábrica del embalse y, sobre todo, la evidencia epigráfica así lo ponen de manifiesto. Con todo, la conducción pudo tener dos momentos bien claros, además de las correspondientes remodelaciones: el primero, con el aporte fundamental de la corriente de El Borbollón, de una cronología bien temprana, en los primeros años de la colonia Augusta Emerita y el segundo, con la construcción de la presa en un período bien avanzado del siglo I d.C. A esta centuria también podría remontarse la de 'Rabo de Buey-San Lázaro', tanto por los caracteres de la arquitectura de las arquerías de San Lázaro como por diversos testimonios arqueológicos.
La tercera en el tiempo sería la de Proserpina y habría que situarla en un período final del siglo I d.C. o comienzos del siglo II d.C. como denotan los caracteres arquitectónicos del puente-canal de Los Milagros y los datos que se han ido consiguiendo tras la excavación de una parte de su recorrido.
No hay nada definitivo y sí una larga tarea por delante para conseguir un conocimiento mejor de estos grandes complejos hidráulicos que avalan la importancia de una gran colonia como fue Augusta Emerita, capital de Lusitania y primera capital efectiva de las Hispanias tras la reforma administrativa llevada a cabo por el emperador Diocleciano.
Todo ello motivó una amplia literatura, repetitiva por lo demás en la mayoría de los casos, y referente en lo fundamental a esos aludidos puentes-canales o a las cabeceras de dos de las conducciones también, los embalses de Proserpina o Cornalvo. A estas descripciones, más o menos acabadas y más o menos rigurosas, sería preciso añadir interesantes documentos gráficos como los que debemos a Villena, Fernando Rodríguez o De Laborde por citar los más significativos ejemplos.
El panorama de los conocimientos acerca de los complejos hidráulicos emeritenses fue definido en su día por Fernández Casado y Jiménez Martín, autores de considerables estudios sobre ellos.
Resulta en verdad sorprendente el grado de conocimiento del medio que demostraron los responsables del diseño de la nueva colonia Augusta Emerita. En el caso de la ejecución de su infraestructura, los architecti y libratores supieron sacar el máximo partido de las condiciones que ofrecía la campana de Mérida para establecer un aspecto primordial de la arquitectura de su territorio como fue el de las conducciones hidráulicas. Es verdad, como llegan a decir Roso de Luna y Hernández-Pacheco, que en el área emeritense existen pocos manantiales y fuentes y por ello es preciso valorar el esfuerzo desplegado para aprovechar al máximo lo existente y para canalizar convenientemente pequeñas corrientes de agua como las del arroyo de Las Arquitas, Las Tomas y aledaños, a las que se añadiría todo el caudal procedente del predio de Valhondo recogido, al parecer, en una presa, hoy apenas visible, y conducido por galerías (cuniculi) a la corriente principal, y el que se originaba en la zona de Casa Herrera a veces curiosamente confundido con un aporte de la conducción de Cornalvo.
Cornalvo y Proserpina
Casos diferentes y ejemplos sobresalientes en el contexto general de la arquitectura del territorio emeritense fueron los embalses de Cornalvo y Proserpina. El primero de ellos, en el momento de máximo aforo, almacenaba unos diez millones de metros cúbicos y ocupaba una amplia nava, en terreno pizarreño, de 300 metros de altitud, algo menos de 100 metros que la de la ciudad a la que se dirigían las aguas. De ahí que con poco gasto y la construcción de una presa se determinara un embalse de grandes proporciones. Por su parte, la presa de Proserpina, así llamada por la aparición en sus inmediaciones, en el siglo XVIII, de una inscripción dedicada a la dea Ataecina turobrigensis Proserpina, con un aforo de 6 hectómetros cúbicos en sus mejores momentos, se alzaba en una depresión de los campos graníticos de la campana emeritense, a unos 245 metros de altitud, 25 más que la ciudad. Las aguas se concentraban en tal depresión derivadas de los arroyos que corren por las cercanías.
Ambas presas están ubicadas fuera del valle de escorrentías significativas, por lo que pueden ser consideradas como verdaderos vasos naturales constituidos por depresiones muy poco acentuadas de la vieja penillanura que reúne excelentes condiciones para almacenar aguas. Constituyen, como adelantábamos, excepcionales ejemplos de la arquitectura hidráulica romana y también, como se ha puesto de manifiesto, responden a modelos un tanto diferentes. Respecto a la presa de Proserpina, hace unos años y en la actualidad ha podido ser estudiada por la Confederación Hidrográfica del Guadiana y el equipo del profesor Miguel Arenillas, quienes, tras los trabajos de vaciado y limpieza, nos han revelado datos del mayor interés que han venido a cambiar nuestra tradicional concepción del embalse.
El recorrido de las conducciones desde su origen hasta la llegada a la ciudad y su posterior distribución es hoy conocido en buena parte.
La conducción de Cornalvo, Aqua Augusta como la denomina una inscripción, se originaba en el embalse ya descrito y comprendía el aporte procedente del Borbollón, en las alturas de la Sierra de Mirandilla, de aguas abundantes y de excelente calidad.
El canal, según apreciaciones de Fernández Casado, discurría por una pequeña galería subterránea de diferente altura de acuerdo con la topografía de su recorrido y aprovechaba aguas subálveas en su primer tramo.
Uno de los restos más expresivos es el del paraje conocido con el nombre de 'Caño Quebrado', junto a la carretera de Valverde y en el recinto del Hospital Psiquiátrico emeritense. Por la topografía de la vaguada, se ha estimado en 20 los arcos que pudieron existir. De ellos se conservan las leves trazas de uno, que apoyaba en un pilar.
Está claro que se dirige, a través del campo de fútbol, hacia la zona del antiguo depósito de aguas a la ciudad. Precisamente, según sospechamos, en su momento de entrada en la colonia, en el muro de la cerca, existió una inscripción con el nombre de la misma (Aqua Augusta). Expresivos son los restos hallados en el recinto del colegio público Giner de los Ríos, donde se pudo conocer un buen tramo del conducto que se dirigía hacia el Teatro y Anfiteatro, a los que surtía, en el solar del antiguo cuartel de la Guardia Civil, sede del nuevo Museo Visigodo y en la denominada Vía Ensanche.
El conducto concluía presumiblemente en la plaza de toros, junto a la 'Casa del Mitreo'.
Acueducto 'Rabo de Buey-San Lázaro'
El acueducto de 'Rabo de Buey-San Lázaro' en cuanto a su recorrido es, quizá, con interrogantes lógicas todavía, el mejor conocido de todos. A ello contribuyó decisivamente la circunstancia de que, al ser aprovechadas sus aguas hasta hace poco tiempo, el Ayuntamiento emeritense decidiera realizar obras para un mejor uso de sus aportes en varias ocasiones.
Se origina en el denominado valle de 'Las Tomas'. Desde aquí, a lo largo de unos 4 kilómetros, por galería subterránea principalmente, el agua llegaba a la ciudad. Se consignan a lo largo de toda la galería (cuniculus) un total de 99 lumbreras, arquetas o spiramina, que, además de servir en algún caso para bajar al conducto, para lo que había dispuestas unas escaleras estratégicamente, tenían la función de ventanas o claraboyas para dar luz al largo tramo cubierto. Son obras perfectas, con sillería en hiladas, cerradas por losas de granito cuadradas actualmente. La distancia entre una y otra es variable como la generalidad de las que conocemos en otros ejemplos de acueductos romanos.
Probablemente, la pisicina limaria estuvo ubicada en el cerro de 'Rabo de Buey', a cuyos pies comenzaba la depresión del valle del Albarregas. Precisamente la anchura, mayor en esta zona que en la de Los Milagros, así como su profundidad, determinó la construcción de unas arquerías de mayor longitud y altura que sus congéneres, si bien, lamentablemente, estas arquerías tuvieron peor fortuna debido a múltiples circunstancias. Del monumental puente-canal sólo han llegado a nosotros dos pilares laterales de planta irregular y otro central de estructura rectangular. La conducción seguidamente pasaba a un castellum.
El diseño de la conducción de Proserpina fue arduo, pues fue preciso salvar los obstáculos que presentaba su accidentada topografía: vaguadas, pequeñas depresiones, macizos graníticos.
Todo ello explica los trabajos considerables que hubieron de acometerse y los rodeos que el conducto dibuja buscando siempre las cotas favorables y las curvas de nivel antes que atravesarlas, lo que determina un recorrido de cerca de 10 kilómetros.
Es interesante referir la piscina limaria o depósito de decantación del conducto, descubierta en el cerro del cementerio municipal. Se trata de una arqueta con desagüe de fondo con cámara de compuertas y salida superior en vertedero. Desde esta altura el specus o conducto va un sobre un muro cada vez más elevado para seguir sobre pilares y arcos en el valle del Albarregas. La longitud del tramo de arquerías, desde el citado depósito de decantación al terminal existente en el cerro de 'El Calvario', es de 827 metros, mientras que la altura máxima llega a 25 metros.
Su estructura revela la perfección y dominio que los ingenieros romanos alcanzaron en la solución de este tipo de problemas. Consiste básicamente en una serie de pilares con fuerte núcleo de hormigón y revestimiento de sillares y ladrillos, cinco y cinco hiladas respectivamente. Los pilares se enlazaban por medio de arcos de ladrillo, aunque los se disponen sobre la corriente del Albarregas son de sillares. Las pilas tendidas sobre el río están provistas de tajamares en diedro.
Se aprecia perfectamente, en su trazado, el cambio de dirección para llegar al castellum terminal de la conducción.
'Casa del Anfiteatro' y 'El Calvario'
Descubrimientos considerables se produjeron a propósito de los acueductos con motivo de las excavaciones llevadas a cabo en la denominada 'Casa del Anfiteatro' y en la ermita de 'El Calvario', pues ambas dieron como resultado el hallazgo de sendos castella o depósitos terminales, los correspondientes a la conducción de Las Tomas y a la de de Proserpina.
El de la conducción de Las Tomas es una fábrica de planta rectangular alargada y según nuestra opinión se trata de un diuissorium, en el que se produce, incluso antes de la llegada del conducto principal, una bifurcación del acueducto para el abastecimiento de una zona suburbana perfectamente localizada en el lugar e igualmente al menos dos áreas, la de la región del teatro y anfiteatro y la parte central de la ciudad como muestra bien a las claras el tramo hallado en las excavaciones del Museo.
Muy interesante, también, es la estructura del gran depósito final del acueducto de Proserpina. Fue hallado bajo la ermita de 'El Calvario', donde de antiguo se había considerado la existencia de un dispositivo relacionado con la conducción. No parece ser otra cosa que una fuente monumental situada junto al propio castellum, cuya ubicación, junto a la muralla de la ciudad, es casi la canónica, aunque a veces se hallaban más al interior de las ciudades.
Cronología de las conducciones
Para finalizar, habría que referirse a la cronología de estas conducciones, uno de los grandes problemas que plantea el estudio de los grandes sistemas hidráulicos emeritenses.
El análisis estilístico y formal de los restos conservados, con razones más o menos plausibles, han llevado a diversos investigadores a formular hipótesis francamente dispares.
Parece evidente que la conducción de Cornalvo fue la primera en el tiempo. El poco coste que conllevó su trazado en relación a las dos restantes, el análisis de la fábrica del embalse y, sobre todo, la evidencia epigráfica así lo ponen de manifiesto. Con todo, la conducción pudo tener dos momentos bien claros, además de las correspondientes remodelaciones: el primero, con el aporte fundamental de la corriente de El Borbollón, de una cronología bien temprana, en los primeros años de la colonia Augusta Emerita y el segundo, con la construcción de la presa en un período bien avanzado del siglo I d.C. A esta centuria también podría remontarse la de 'Rabo de Buey-San Lázaro', tanto por los caracteres de la arquitectura de las arquerías de San Lázaro como por diversos testimonios arqueológicos.
La tercera en el tiempo sería la de Proserpina y habría que situarla en un período final del siglo I d.C. o comienzos del siglo II d.C. como denotan los caracteres arquitectónicos del puente-canal de Los Milagros y los datos que se han ido consiguiendo tras la excavación de una parte de su recorrido.
No hay nada definitivo y sí una larga tarea por delante para conseguir un conocimiento mejor de estos grandes complejos hidráulicos que avalan la importancia de una gran colonia como fue Augusta Emerita, capital de Lusitania y primera capital efectiva de las Hispanias tras la reforma administrativa llevada a cabo por el emperador Diocleciano.
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