La verdad que hablar de las norias es hablar de riego. Desde su instalación han sido y son los pulmones de la huerta y gracias a ellas se pudieron salvar los impedimentos naturales que condicionaban las zonas de cultivo, además se convirtieron muchas veces en un símbolo muy valorado para la comunidad que las utilizaba.
Se pueden hacer muchas divisiones a la hora de hablar de las norias, aunque la forma más sencilla es agruparlas por la energía que utilizaban a la hora de realizar su cometido. Las había que utilizaban la energía que emanaba de las corrientes de agua, mientras que había un segundo grupo que disponía de la fuerza animal o de los propios hombres para funcionar.
Las norias o ruedas son las que utilizaban la fuerza que les prestaba el agua, el mecanismo consistía en llenar los cangilones gracias a la corriente, se llenaban y se vaciaban al dar la vuelta la noria en el canal o acueducto que estaba construido a su vera para tal fin.
Estaban construidas mediante la unión de dos coronas de gran tamaño, que en un principio eran de madera y después con el paso de los años pasaron a ser de hierro, todo el eje estaba unido mediante radios que variaban según las dimensiones de la rueda.
Las hay de muy diversos tamaño, pero podemos establecer una media entre 3,5 m. y 15 m. las más grandes.
Las construcciones de este tipo que solían aprovechar la energía animal se conocían como aceñas y artes. Solían tener la misma apariencia que una noria normal con la diferencia de que existía otra rueda horizontal de entrada con un madero como eje, enganchado a un palo, mientras que el animal iba atado a éste y era el encargado de dar vueltas para que la noria cumpliese su función.
Hay dos aspectos que son afines a todas ellas, es la transformación y modernización de los cangilones y de las paletas. Los primeros pasaron de estar hechos de barro y atados a la noria por medio de cuerdas, por lo que no es muy difícil de imaginar la fragilidad de su consistencia, hasta que se pasó a la fórmula que podemos observar en la norias que hoy quedan en pie, que consistía en huecos realizados en la corona por donde el agua entra y sale libremente.
Otra pequeña modificación o adelanto respecto a la impulsión del agua por parte de las palas hay que relacionarlo con la inclusión de líneas aerodinámicas para una mejor adecuación y aprovechamiento de la corriente del agua, en vez del perfil plano que hoy en día aún existe.
Se pueden hacer muchas divisiones a la hora de hablar de las norias, aunque la forma más sencilla es agruparlas por la energía que utilizaban a la hora de realizar su cometido. Las había que utilizaban la energía que emanaba de las corrientes de agua, mientras que había un segundo grupo que disponía de la fuerza animal o de los propios hombres para funcionar.
Las norias o ruedas son las que utilizaban la fuerza que les prestaba el agua, el mecanismo consistía en llenar los cangilones gracias a la corriente, se llenaban y se vaciaban al dar la vuelta la noria en el canal o acueducto que estaba construido a su vera para tal fin.
Estaban construidas mediante la unión de dos coronas de gran tamaño, que en un principio eran de madera y después con el paso de los años pasaron a ser de hierro, todo el eje estaba unido mediante radios que variaban según las dimensiones de la rueda.
Las hay de muy diversos tamaño, pero podemos establecer una media entre 3,5 m. y 15 m. las más grandes.
Las construcciones de este tipo que solían aprovechar la energía animal se conocían como aceñas y artes. Solían tener la misma apariencia que una noria normal con la diferencia de que existía otra rueda horizontal de entrada con un madero como eje, enganchado a un palo, mientras que el animal iba atado a éste y era el encargado de dar vueltas para que la noria cumpliese su función.
Hay dos aspectos que son afines a todas ellas, es la transformación y modernización de los cangilones y de las paletas. Los primeros pasaron de estar hechos de barro y atados a la noria por medio de cuerdas, por lo que no es muy difícil de imaginar la fragilidad de su consistencia, hasta que se pasó a la fórmula que podemos observar en la norias que hoy quedan en pie, que consistía en huecos realizados en la corona por donde el agua entra y sale libremente.
Otra pequeña modificación o adelanto respecto a la impulsión del agua por parte de las palas hay que relacionarlo con la inclusión de líneas aerodinámicas para una mejor adecuación y aprovechamiento de la corriente del agua, en vez del perfil plano que hoy en día aún existe.